mi-frio-exmarido - Capítulo 673
Capítulo 673
Eduardo suspiró sin percatarse del aire pensativo de Cintia y dijo: “Eso mismo pienso yo. Si resultara
ser cierto, sería una gran noticia, pero lo que me da miedo es que alguien quiera hacer una estafa al
mandarle a Dorian una Amelia falsa. Con lo desquiciado que está ahora, se tragaría cualquier cosa
que le digan.”
Eduardo no pudo evitar echar un vistazo a los informes de investigación de Jesús, todo parecía
encaminarse justo hacía lo que temia.
Cintia también se fijó en los informes completos.
“Esta chica ni siquiera se llama Amelia.”
La mujer frunció el ceño y se sintió aliviada, como si los días de inquietud que había pasado se
calmaran de repente.
“Pues claro que no.”
Eduardo seguía con el ceño fruncido y tras pensarlo bien, decidió llevarse esos informes de
investigación para hablar con Dorian.
Siempre era de los que pasaban a la acción; en cuanto pensó en hacerlo, subió a cambiarse de ropa
con la idea de ir esa misma noche.
novelbin
“Espera, voy contigo.”
Cintia también se apresuró a volver a su cuarto a cambiarse, quería tener un encuentro cara a cara
con la actual Amelia y ver si realmente era quien decía ser.
“¿Y tú para qué vas?”
No estaba convencido de que su esposa debería acompañarlo. “Si terminan peleando otra vez, sabes
cómo te tratará Dorian.’
“¿Crees que quiero ir? Lo que pasa es que me preocupa que ustedes terminen discutiendo otra vez,
¿te lo puedes permitir con tu estado de salud?”
Cintia respondió con tono irritado, se cambió rápidamente y, sin esperar la aprobación de Eduardo,
subió al auto con él. Él suspiró pero no la detuvo; estaba acostumbrado a que Cintia lo acompañara y
lo cuidara en todo momento.
Amelia y Dorian estaban paseando con Serena por ún parque cercano a su casa.
Después de almorzar en la cafetería de la empresa y pasar un rato allí, consideraron el estado de
salud de Amelia y la necesidad de descanso de Serena, así que decidieron ir a casa a descansar por
la tarde.
Dorian tampoco volvió a la empresa y trabajó desde su estudio en casa. Por la tarde, la familia fue al
supermercado a comprar ingredientes para cocinar y después de comer, llevaron a Serena al parque
más cercano.
El parque era conocido como el parque del río y tenía una arenera que los niños adoraban.
En cuanto Serena llegó a la arenera, se soltó como un potro salvaje, tomando su set de juguetes para
jugar con la
arena.
Al principio, Amelia jugó un poco con ella, pero viendo que Serena estaba feliz jugando sola, se sentó
gradualmente en un banco cerca de la arenera, sintiéndose un poco mareada.
Dorian seguía de pie en la arenera, atendiendo una llamada en su móvil.
Cuando la vio levantarse y retroceder hacia el banco, se las arregló para extenderle una mano en
medio de la llamada.
Amelia, mirando su tranquilo perfil mientras hablaba por teléfono, no pudo evitar pensar que era
alguien extremadamente atento que siempre cuidaba sus sentimientos y necesidades.
La luz tenue del farol cercano creaba un halo suave alrededor de su perfil bien definido, que se
destacaba en el contraste con las luces y sombras, formando una silueta nítida y atractiva.
08.50
Capitulo 6/3
De repente, Amelia recordó la imagen de una chica joven que levantaba la vista hacia él y le decía con
valentía y fervor: “Dorian, me gustas“, fue el mismo recuerdo que cruzó su mente al pasar por la
cafetería más temprano. Se quedó pensativa.
Justo entonces, Dorian giró su cabeza y la vio con esa expresión distante, como si estuviera
sumergida en un recuerdo y tratando de desenterrar algo en su memoria.
“Envíame la propuesta a mi correo, ya te dejo.”
Le dijo en voz baja a la persona al otro lado del teléfono antes de colgar, caminar hacia ella y
preguntar.
“¿En qué piensas?”